miércoles, 7 de octubre de 2015

El economista

El economista encendió el televisor. Los distintos noticiarios mostraban a estudiantes secundarios y universitarios tomando los establecimientos; a trabajadores exigiendo salarios justos; a pobladores luchando por viviendas dignas. Algo marchaba mal.

Rápidamente volvió a su trabajo: consultó gráficos y estadísticas; calculó variables y determinó constantes; restó pérdidas y sumó ganancias.  Obtuvo cifras azules.

Los números no mentían: el país funcionaba bien, la realidad era la equivocada. Suspiró aliviado y siguió con su trabajo en la fundación.

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