Finalmente, el buen maestro está destinado a ser superado por el alumno. Y luego olvidado.
Y debe ser olvidado para que el camino del alumno deba alcanzar su destino. Y el destino no es un punto o meta definido: es la decisión para la que el maestro preparó al alumno.
Y debe ser olvidado para que el camino del alumno deba alcanzar su destino. Y el destino no es un punto o meta definido: es la decisión para la que el maestro preparó al alumno.
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